domingo, 5 de junio de 2016

Segundas partes envenenadas

Nadie me dijo que mi castigo sería no verte.
No escucharte,
no tener noticia de ti.

Decir que nunca deseé que te doliera...
eso sería mentir...
Siempre he tenido en mente devolvértela. 
Solo era cuestión de tiempo.
Los años se pagan,
los días me pesan, 
la ignorancia quema
pero la ausencia mata.

Lo nuestro siempre ha sido necedad,
buscábamos saciarnos
y al final nos vaciámos,
el uno en el otro.
Y
nos encontramos,
pero más solos,
más de lo que ya estábamos.

Ahora los meses siguen pasando,
solo leo tus versos y espero
que tú sepas leer entre mis líneas,
llegar a perdonarnos.

Pero nunca, amor, 
nunca,
jamás
habrá perdón para nosotros. 
 
Ni un nosotros al que regresar.