Reescribir,
una, dos, tres veces.
Buscando lo mismo,
tememos lo mismo,
y encontramos lo mismo,
silencio.
El invierno hiela nuestros corazones.
Y yo sólo sé llorar,
en silencio
lo que no puedo amar,
y tú sólo sabes mirar
en silencio,
a la que no puede amar.
Hasta que el frío congela nuestras cuerdas vocales,
hasta que morimos solos,
pensativos...
y en silencio.